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Las mujeres en los negocios: un lento progreso hacia la igualdad

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La edición de 2017 del Informe Global de Brecha de Género del Foro Económico Global (conocido por sus siglas en inglés, WEF) estima que las mujeres tendrán que esperar unos alarmantes 217 años para lograr la igualdad. Esta ya es, por sí sola, una mala noticia. Lo que es peor es que supone 47 años más de lo estimado en 2016.

Pero no todo son malas noticias, por lo que hemos buscado ejemplos de progreso en la igualdad de género. Islandia ocupa el primer puesto de la clasificación del WEF desde hace seis años y tanto The Guardian como The Economist lo han declarado el mejor lugar en la actualidad para las mujeres trabajadoras. Entonces, ¿qué diferencia a Islandia?

 

Cuestionar los estereotipos a través de la educación

Las razones principales de la falta de igualdad en el entorno laboral son complejas. Por ejemplo, los estereotipos sobre qué roles deberían asumir aquellos que han persistido en la agitación, comenzando por la educación de un niño y sus primeros años de colegio.

Las razones de la brecha salarial de género también se extienden a las mujeres que escogen profesiones mal pagadas, trabajos a tiempo parcial con salarios bajos y al hecho de que las mujeres no suelen reclamar compensaciones económicas adecuadas. En concreto, el planteamiento de muchos colegios de Islandia tiene como objetivo el empoderamiento de las mujeres, mediante la impartición de varias materias además de la valentía, la fuerza y la forma de utilizar su propia voz.

 

Equilibrar las reglas del juego a través de los derechos de paternidad

Los estudios muestran que los prejuicios inconscientes en las prácticas de contratación o la falta de apoyo a los padres trabajadores son un obstáculo potencial para el acceso de las mujeres a las carreras profesionales más lucrativas. Por ejemplo, el índice del "techo de cristal" de The Economist ya incorpora los derechos de paternidad como uno de sus indicadores. Esto se basa en la evidencia de que el disfrute de la baja por paternidad permite la vuelta de las madres al trabajo, lo que ha dado como resultado el cierre de la brecha salarial. En Islandia, los hombres obtienen el equivalente al salario de 8,3 semanas durante el permiso parental.

Aunque algunos sectores se han adaptado para adherirse al cambio y aprovecharse de las ventajas probadas de la igualdad, el obstáculo final sigue siendo reformar los puestos ejecutivos de mayor rango. En muchos casos, todavía se margina a las mujeres, negándoles cualquier poder real de decisión y, con ello, el acceso a los salarios más altos y a las oportunidades de mejorar su progreso laboral.

 

Creación de un círculo virtuoso

Lo que sugiere fundamentalmente la investigación del WEF es que una mayor presencia femenina en puestos directivos puede llevar a un círculo virtuoso. A través del análisis de datos provenientes de LinkedIn, descubrieron que, cuando hay una mayor presencia de mujeres en roles directivos, se contratan más mujeres de forma generalizada. Este descubrimiento es aplicable incluso en el momento de considerar las desigualdades relativas a la presencia del talento femenino en los diferentes sectores. Además, su investigación indica que las mujeres que ostentan el cargo de directoras generales pagan mejor a las mujeres que gozan de puestos de importancia que los directores generales, lo que ofrece un incentivo económico para que las mujeres se incorporen a dichas empresas.

Una investigación realizada por Catalyst ha descubierto que son necesarias tres o más mujeres para crear una "masa crítica" que pueda cambiar de forma sustancial la dinámica en las salas de juntas y aumentar la probabilidad de que "se oigan las ideas y la voz de las mujeres". No hay duda de que la igualdad en las salas de juntas va en aumento, con la existencia de varias mujeres en posiciones destacadas dentro del panorama empresarial; valgan de ejemplo: Sheryl Sandberg, jefa de operaciones y miembro de la junta directiva de Facebook; Indra Nooyi, directora general y presidenta de PepsiCo; o Irene Dorner y Jayne-Anne Gadhia de Virgin Money (el primer equipo liderado íntegramente por mujeres en una empresa del FTSE 350). 

No obstante, un informe de Credit Suisse muestra cómo las mujeres no gozan todavía de una presencia generalizada a nivel global: en 2015, de 3000 empresas mundiales, las mujeres solo ocupaban el 14,7 % de los puestos directivos. En Islandia, las mujeres ocupan el 44 % de los puestos directivos en empresas con cotización, debido en parte a las cuotas de género establecidas por ley.

 

El fomento de la representación igualitaria en el poder

La representación a nivel político también puede tener un efecto poderoso en la creación de modelos de conducta y de un equilibrio más igualitario del poder. El número de mujeres que ostentan el puesto de jefas de estado o de gobierno ha pasado de 19 a 17 desde 2015, mientras que el progreso en la cantidad de mujeres en los parlamentos sigue siendo lento, con un 28 % de parlamentarias y solo un 21 % de ministras en 2017. Aquellos que están al mando influyen en la composición de las administraciones: el empoderamiento político de la mujer aumentó en Canadá y Francia cuando Justin Trudeau y Emmanuel Macron designaron a un mayor número de mujeres para puestos ministeriales en sus gobiernos, mientras que esta situación en los EE. UU. se encuentra en su punto más bajo de los últimos 10 años, con solo un 27 % de mujeres en puestos de la administración Trump. En Islandia, el 41 % de los parlamentarios son mujeres.

La concienciación y el activismo social también desempeñan un papel importante. En 1975 tuvo lugar la primera huelga femenina de la historia en Islandia y, a pesar de los progresos registrados, las mujeres volvieron a ocupar los titulares en octubre de 2016 por una huelga en protesta por el 14 % de brecha salarial de género que todavía existe. 

 

La comprensión de las ventajas económicas

También hay una evidencia creciente de que, más allá de la mera consecución de metas específicas, una mayor diversidad e inclusión en los negocios puede ofrecer resultados positivos concretos. El grupo de expertos del Centre for Talent Innovation descubrió que el 48 % de las empresas estadounidenses con mayor diversidad a nivel ejecutivo mejoraron su cuota de mercado durante el año anterior. Tan solo el 33 % de las empresas con una menor diversidad administrativa registraron un crecimiento similar. 

A una escala mayor, el informe del WEF también prevé que la igualdad económica de género podría suponer unos 250 000 millones de dólares adicionales al PIB del Reino Unido, 1,75 mil millones en los EE. UU., 2,5 millones de billones en China y 5,3 millones de billones de dólares a nivel global en 2025. "Estamos pasando de la era del capitalismo a la era del talento", indicó Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del WEF. "Alcanzarán el éxito aquellos que entiendan la integración de las mujeres en su cantera de talentos como un factor fundamental".

 

Más proactividad y menos complacencia

Tomando Islandia como ejemplo, además de las evidencias puestas de manifiesto por el WEF, la promoción del liderazgo femenino en todos los sectores es una de la vías fundamentales para aumentar la igualdad de género en el mercado laboral a nivel global, lo que ofrece grandes ventajas para las empresas, la innovación y la economía mundial, así como para la igualdad social. Y lo más importante: sirve para destacar que el cambio no sucede de forma natural. Existe una gran necesidad de ajustes proactivos en la manera de pensar y en las políticas de las empresas, de los políticos y de las propias personas (hombres y mujeres) para poder reavivar el progreso.

Tal y como indicó Saadia Zahidi, directora de Educación, Género y Trabajo del WEF: "La igualdad de género es una necesidad a nivel tanto moral como económico. Aquellos países que comprenden esta situación ven como mejoran sus resultados debido a las medidas proactivas que han adoptado para abordar las diferencias de género". Por ahora, quizá sea el momento de ver qué trabajos se ofertan en Islandia…